martes, 5 de enero de 2016

La importancia de los pequeños detalles.


"Era un auténtico criminal. Empezó asesinando y acabó arrojando papeles y colillas al suelo."

Solía utilizar esta expresión para enfatizar la importancia de los pequeños detalles.

Los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, en alternancia desde el inicio de la Transición, después de absorber a los náufragos de UCD y ocupar su espacio político, han despreciado o no han dado la importancia que se merece a los "pequeños detalles".

Si bien el núcleo o elemento principal de un partido debiera ser su programa, éste cada vez es menos decisivo para los electores. Los partidos funcionan como elementos de anclaje, donde los ciudadanos, con nuestras filias y fobias, nos sentimos más o menos identificados.

Cada vez es más importante no lo que se programa hacer, ni siquiera lo que se consigue hacer, sino cómo se hace. Y estos pequeños detalles del cómo se hace, es lo que los electores penalizamos.

Pequeños detalles como la corrupción de personas u organismos afectos a la causa de ambos partidos. Pequeños detalles como el nepotismo, los enchufes, las puertas giratorias. Pequeños detalles como el uso (y abuso) que hacen de la política algunos, como medio exclusivo de ganarse (muy bien y durante mucho tiempo) la vida. Detalles, pequeños detalles de nada…

Porque, cuántos votantes "tradicionales" del PP han votado por Ciudadanos para que les "limpie" la casa? ¿Y cuántos del PSOE de toda la vida, han votado a Podemos para que haga lo mismo?

En estos casi 40 años de democracia, ésta ha ido cogiendo suciedad y vicios, que hace tiempo se debieran haber resuelto.

La buena noticia: que estos dos partidos jóvenes obligarán a los viejos a hacerlo.
La mala, que la aritmética no cuadra y esto no es Alemania donde hay un gobierno de unión Socialdemócratas y Democristianos, que viene a ser un PSOE & PP. Me temo que la mala es que tendremos que volver a las urnas. Y esto no va a resultarnos gratis. 




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