Hace
tiempo que al parecer no tenía mucho que decir. Y después de tanto, me atrevo
con esta entrada impulsado al leer la entrevista al genetista Ginés Morata. (Ginés Morata, genetista. Entrevista en el País, día 25 de Abril 2019)
Y la
primera pregunta que me hago al respecto, es porqué es tan importante para el
ser humano ocuparnos de nuestros dioses.
Creo
que lo que intentamos buscar son respuestas a las preguntas de QUIEN SOMOS, DE
DONDE VENIMOS y A DONDE VAMOS. Solo eso.
Las
religiones son intentos de encauzar nuestras incertidumbres, miedos y angustias
e intentan ser útiles ofreciendo respuestas a la orfandad en la que se
encuentra el ser humano. Si una religión es capaz de hacer un relato que dé
solución a las tres grandes preguntas, será útil para sus creyentes. Pero esta
utilidad no tiene nada que ver con la ciencia, sino con la fe.
Bien,
admitámoslo, la Biblia, el Corán, la Torá y demás libros sagrados, son cuentos
chinos.
Las
religiones, ya sean monoteístas, politeístas,
dualistas, etc. con sus templos, ritos, mística y sus
sacerdotes; resultan totalmente intrascendentes y banales en la búsqueda de
respuestas, a las tres preguntas que nos inquietan. Y ello sin entrar a valorar
la evolución de las prácticas religiosas desde su origen y las consecuencias de
imposiciones y enfrentamientos entre creyentes de distintas religiones.
Definitivamente
podemos pasar de todo ello y seguir buscando respuestas. Es más, nos será más
fácil encontrarlas si no hacemos demasiado caso a las religiones.
Y
llegado aquí, debemos preguntarnos: ¿Quién era el hombre antes de ser? Y las
plantas, y los mares y montañas... y el planeta que llamamos Tierra, y nuestro
sistema solar. Y antes de que hubiera Galaxias, antes de que existiera el mismo
Universo...
Y
llegamos a un punto donde la zozobra más absoluta se apodera de uno para llegar
a conjeturar que antes de antes de antes, LA NADA MAS CATEGÓRICA. En algún
momento antes del BIG BANG, antes incluso de que hubiera materia, no había
nada. Ni siquiera el tiempo. Ni siquiera el espacio. NADA. Llegados a este
punto, tenemos la necesidad de hacernos LA PREGUNTA. Si no había nada, antes de
la nada, no pudo suceder nada. Y sin embargo existimos como hijos de la
materia. Por lo tanto, ¿cómo llegó a crearse ésta?
O quizás
siempre ha existido la MATERIA, en continua
evolución a formas distintas. En infinitos bucles de creación y absorción de
materia. En infinitos Big Ban. También en este caso queda claro que somos hijos
de la materia. Pero ¿cómo se crearon las normas de comportamiento de dicha MATERIA?
Quizás
seamos originarios de un error, de una singularidad, de un dedo creador, de
la materia o de un dios menor. Para el caso nos da igual cómo le
llamemos.
Solo
nosotros decidimos qué nombre ponemos a las cosas. ¿Porqué no Dios?