Leí hace tiempo un
artículo de Shlomo
Ben-Ami, antiguo embajador de Israel en España, donde aseguraba que el gran
problema de Arafat era su incapacidad para tomar “Decisiones Imperfectas”.

Las Decisiones
precisamente se caracterizan por la incertidumbre, por el desconocimiento de
las variables con las que nos vamos a encontrar y porque en todos los casos, elegida una opción, perdemos las
posibles bondades de la opción contraria (lo que en economía llamamos coste de
oportunidad).
En mi opinión, no existen decisiones imperfectas o dicho de otro modo, toda decisión es condenadamente imperfecta, incierta y arriesgada. (De ahí la grandeza de tomar decisiones). Y precisamente por ello, debe valorarse en esta medida, a las personas que no rehuyen estos compromisos, los asumen como parte de su trabajo, de su vida, aún sabiendo que pueden equivocarse, pero que es tan solo una forma más de aprender. Quizás la más importante.
En mi opinión, no existen decisiones imperfectas o dicho de otro modo, toda decisión es condenadamente imperfecta, incierta y arriesgada. (De ahí la grandeza de tomar decisiones). Y precisamente por ello, debe valorarse en esta medida, a las personas que no rehuyen estos compromisos, los asumen como parte de su trabajo, de su vida, aún sabiendo que pueden equivocarse, pero que es tan solo una forma más de aprender. Quizás la más importante.
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